AYER

Mientras mis ojos recorrían tu espalda
sentí que tus poros se abrían, expulsando el polen de la sensualidad
entonces, bajo las luces intermitentes
soñé con sudar tu cuerpo y restregarlo
hasta cansarme de amarte
En un segundo, un estallido infinito
vuelco mis sensaciones en un paroxismo inmortal,
que sólo dura segundos
y en tu cercanía soy mujer, y huelo a pájaros silvestres
Y me deshago de pesadillas, para forjar mi sensualidad
a través de tus ojos
Y en el camino me besas,
Cae sobre mí una calidez en paz
Y arranco desolasiones
y transgredo salivas, muriendo mi lentitud
Vuelco mis ojos hacia la inconsciencia,
Y allí permanezco
Fuera de aquí, eternamente fuera
Y tus vinos me embriagan como siempre
Como si los ríos púrpuras nunca hubiesen existido
Acaricias mi rostro y me vuelvo indeleble
Me transparento,
Coqueteo con tus ojos
Y no vuelvo
Entonces, las mil primaveras y los cuatrocientos otoños que nos perdieron
Parecen no haber existido,
Y sólo queda el ahora
Extraído de “nuestros besos”,
Eternos, inmortales.
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