jueves, abril 06, 2006

AYER


Mientras mis ojos recorrían tu espalda
sentí que tus poros se abrían, expulsando el polen de la sensualidad
entonces, bajo las luces intermitentes
soñé con sudar tu cuerpo y restregarlo
hasta cansarme de amarte

En un segundo, un estallido infinito

vuelco mis sensaciones en un paroxismo inmortal,
que sólo dura segundos
y en tu cercanía soy mujer, y huelo a pájaros silvestres
Y me deshago de pesadillas, para forjar mi sensualidad
a través de tus ojos

Y en el camino me besas,
Cae sobre mí una calidez en paz
Y arranco desolasiones
y transgredo salivas, muriendo mi lentitud
Vuelco mis ojos hacia la inconsciencia,
Y allí permanezco
Fuera de aquí, eternamente fuera

Y tus vinos me embriagan como siempre
Como si los ríos púrpuras nunca hubiesen existido

Acaricias mi rostro y me vuelvo indeleble
Me transparento,
Coqueteo con tus ojos
Y no vuelvo

Entonces, las mil primaveras y los cuatrocientos otoños que nos perdieron
Parecen no haber existido,
Y sólo queda el ahora
Extraído de “nuestros besos”,
Eternos, inmortales.